Desde 2018, el proyecto Selva de Urundel ha tomado forma gracias a la creciente demanda de empresas que buscan asociarse con iniciativas de conservación. Fernando Nocetti, responsable del proyecto, explicó que la conexión con su propiedad en Urundel permitió desarrollar una propuesta innovadora en un contexto donde la cuantificación del éxito en conservación es un desafío.
«Es muy difícil medir el éxito, tanto monetariamente como en términos de cumplimiento de objetivos», comentó Nocetti. Este proceso llevó a un arduo trabajo de investigación y a la adopción de la metodología Berra, que ha demostrado ser efectiva. A pesar de las dificultades y la necesidad de ajustes constantes, el proyecto ha logrado convertirse en el primer modelo de red más privado en Argentina y ha obtenido la certificación de oro en biodiversidad.
Nocetti subrayó que este tipo de sistemas no solo promueven un balance entre producción y conservación, sino que también permiten medir la eficiencia de las iniciativas. «Los mercados internacionales buscan resultados tangibles; la conservación debe ir acompañada de evidencias concretas para ser efectiva», concluyó.


