El sector productivo ha elevado su voz ante la propuesta legislativa en la provincia de Buenos Aires que busca implementar una tasa ambiental sobre las emisiones de metano generadas por el ganado. La Cámara Argentina de Feedlot (CAF) se sumó a las críticas, calificando la iniciativa como un intento de establecer un nuevo gravamen a la ganadería por el simple acto biológico de la respiración.

La entidad sostiene que el proyecto no posee una finalidad ecológica real, sino que actúa como un mecanismo netamente recaudatorio que impacta de forma directa en la producción de ganadería y en el tejido socioeconómico rural. Una preocupación central radica en la extrema simplificación de un proceso biológico complejo, que es abordado como un factor impositivo aislado.

El rechazo se fundamenta, además, en una grave falta de sustento técnico de la propuesta. La ganadería organizada advierte que la iniciativa ignora conceptos fundamentales como la captura o el balance de carbono, elementos cruciales para la gestión ambiental integral. La formulación de políticas que carecen de rigor científico puede derivar en regulaciones que afecten la competitividad, desalienten la inversión y obstaculicen la adopción de prácticas productivas más sostenibles.

La ganadería ya soporta una de las cargas impositivas más altas de la provincia de Buenos Aires. Por ello, la adición de una tasa extra representa un nuevo golpe fiscal que complica la operatividad y la planificación de los establecimientos. Los referentes del sector subrayan que este tipo de medidas, lejos de acompañar el proceso de recuperación y sostenibilidad de la ganadería, terminan penalizando la actividad en lugar de ofrecer soluciones o incentivos técnicos para la mejora ambiental real.