Una explotación ganadera que originalmente no tenía experiencia en campo decidió apostar por la ganadería. En pocos años reconvirtió su estructura y hoy opera como frigorífico con producción de carne certificada, alcanzando una faena semanal de aproximadamente 1.000 animales.

El emprendimiento se orientó hacia carne de calidad premium, con trazabilidad, envíos a domicilio y objetivos de exportación. Ese cambio permitió no sólo industrializar su proceso, sino también posicionarse en un nicho demandante de cortes de alta gama.

La transformación del modelo productivo implicó inversiones en infraestructura, controles sanitarios y un sistema de producción orientado al mercado de carne de calidad. Esto implicó un salto cualitativo respecto al esquema tradicional, con un enfoque moderno de producción, procesamiento y comercialización.

La experiencia demuestra cómo un campo sin tradición en ganadería puede reconvertirse con éxito a partir de una estrategia clara de producción, industrialización y posicionamiento en mercados exigentes.